¿Porqué muerden los perros?

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  • PROBLEMAS CON LA COMUNICACIÓN.

Lo primero que deberíamos tener en cuenta para entender por qué muerden los perros, es que es un animal excepcionalmente emocional.

Para comunicar sus necesidades y sentimientos con otros perros o humanos utiliza gruñidos, ladridos, movimientos de cabeza, uso del belfo e incluso agresiones de distinta intensidad.

Hasta aquí todo bien. Pero lo malo es que la intensidad de la comunicación, no se corresponda al estímulo que ha creado la necesidad de comunicarse.

Este es un momento crítico en la toma de decisiones con respecto al comportamiento del perro. Si castigamos estos intentos de comunicación, es posible que terminemos generando un verdadero problema conductual en nuestro amigo peludo.

Si impedimos que nuestro can se comunique, porque le corregimos constantemente y frustramos todos sus intentos comunicativos, lo que conseguiremos será un estallido desproporcionado de energía, que interpretaremos como agresión.

Si lo comparamos con la comunicación humana, es el equivalente a esas conversaciones en las que cada vez que intentamos hablar, alguien nos corta, nos corrige o nos impide expresarnos. Hay un momento en el que nuestra energía cambia y elevamos la voz para que se oiga por encima de la de los demás e incluso alguna vez en una acción algo más agresiva como dar un golpe en la mesa, dar una palmada o agitar los brazos a pocos centímetros de nuestro interlocutor.

Si la otra parte reacciona con la misma energía, estamos mucho más cerca de una posible agresión física.

Pues eso mismo ocurre con los perros, por lo que increparlo o responderle con una energía inadecuada, puede provocar que el perro termine reaccionando de forma incorrecta o mordiendo.

  • PROBLEMAS CON INSEGURIDADES Y MIEDOS.

Lo más habitual es que los perros terminen mordiendo, por motivos más comunes tales como miedos e inseguridades, aunque más bien suelen ser marcajes que pretenden decir que quieren que no invadamos su espacio.

Debemos aprender a descubrir la diferencia entre los motivos que llevan a nuestros perros a comunicarse de una manera desproporcionada, con respecto al estímulo y una conducta inadecuada, agresiva o peligrosa.

Si nosotros tenemos un miedo atroz a las arañas y alguien nos pone una encima, nuestra reacción será desproporcionada y en principio la otra persona no la entenderá y la puede ver como una conducta agresiva. Pero en realidad solo estás reaccionando a un miedo que no te deja hacerlo de otra manera.

Una vez que los demás saben de nuestra fobia, entenderán que lo mejor es no acercarnos  arañas. Eso mismo es lo que ocurre con los perros y debemos aprender a entender cuándo pasa esto.

  • “Mal genio”

Otro motivo es que nuestro perro puede morder es tenga “mal genio”, generalmente están ligados a una mala gestión emocional y estrés del entorno que no sabe gestionar

  • Protección de sus recursos

Otro de los motivos que puede llevar a nuestro perro a realizar una agresión física es la protección de sus recursos. Estos pueden ser cosas como la comida, sus juguetes o incluso el propio guía.

En esta situación de protección puede ladrar e incluso atacar con distintas medidas de intensidad, dependiendo del perro, la situación y el recurso que intenta proteger.

Podrían ser actos como un perro que le intenta quitar la pelota en el parque, que su familia se acerque a su comida o incluso que alguien se acerque a su familia.

El uso inadecuado de la correa en estas situaciones puede empeorar la situación considerablemente, ya que el comportamiento de los perros en este tipo de situaciones si están sueltos suele ser muy diferente. Esto se debe a que cuando el perro no lleva correa, cuando se enfrentan a un perro o situación que le inquieta pueden alejarse y coger distancia para evaluar qué está ocurriendo, tomándose todo el tiempo que necesite para decidir si lo más seguro es acercarse o huir. Si lleva la correa puesta no podría hacer nada de esto y sentirse obligado a tomar una actitud extrema ante la incertidumbre.

Sabiendo esto último, en todos los casos de posibles conductas inadecuadas que hemos visto, la solución pasa por:

  • Mejorar la relación y comunicación entre la familia perruna y humana.
  • Mejora de la gestión emocional
  • Dotar de herramientas a perros y humanos para resolver conflictos.
  • Hacer que la familia se convierta en las soluciones a los problemas de nuestros perros.
  • Mejora de la confianza del perro en si mismo.
  • Estudiar, si fuera necesario, cambios en el entorno para disminuir los niveles de estrés

Quizás lo más importante sea hacerle entender que la familia humana es en la que debe delegar la responsabilidad de la supervivencia y bienestar. Si estas personas son las que llevan la correa conseguiremos que los niveles de estrés disminuyan, solo porque nada puede pasar si está con algún componente de su familia.

Por lo general cuando los humanos estamos cerca de nuestra madre o padre, tenemos la sensación de que nada malo va a ocurrir porque ellos se ocuparán de que nada malo nos ocurra.

Ahora que él ya confía en nosotros ciegamente y ha delegado la toma de sus decisiones, debemos saber que somos los responsables de tomar las decisiones adecuadas para que el perro este a gusto.

En el caso de perros que saltan por tener mal genio, hay que dar herramientas para que aprendan a ser menos irascibles.

En el ultimo caso, la protección de recursos o personas, hay que tratarlo con mucho cuidado, ya que estamos hablando de ataques más o menos graves sobre personas en muchos casos, ya que proteger su propia comida ante su familia, a un familiar ante la presencia de otras personas o sus cosas de las personas en general, indica que la relación que el perro ha entendido con la familia no es, claramente la adecuada.

No hay trucos que ayuden a la mejora de la relación o gestión emocional del perro, es un trabajo de equipo donde perro y familia deben trabajar juntos. Si te ofrecen recetas milagrosas, que son café con leche para todos, no estas teniendo en cuenta la situación única emocional de tu perro.

Recuerda que los perros no son electrodomésticos que se puedan programar, son seres con sentimientos que se enfrentan a la vida en entornos que pueden no ser agradables o del todo agradables para ellos, por su raza o capacidades…

Un verdadero profesional del adiestramiento canino, estudia cada caso de manera individual, teniendo en cuenta el entorno, las capacidades de aprendizaje del perro y guías para la capacidad de gestión y su situación actual ante el mundo.

Con todo eso el educador propondrá trabajos específicos para ese grupo familiar

Todo lo que no se haga así, es muy probable que no sea respetuoso con el perro y la familia.

El problema que tenga nuestro perro es único y hay que ofrecer una solución totalmente personalizada. Por lo tanto, desconfía de soluciones milagrosas y rápidas, porque los adiestradores y educadores no tenemos barita mágica.

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